viernes, 21 de diciembre de 2007

LA PAYASA



Era la madrugada del 18 de diciembre en el comedor de Fray Luis Beltran. Los rayos del sol se filtraban por las ventanas.
De pronto apareció una payasa que lloraba, eso causo asombro
-que pasaba? – se preguntaron los niños que se encontraban tomando el desayuno.
Las lagrimas caían sobre su rostro y desprendían su maquillaje. Su personaje había quedado como un bello recuerdo.
La payasa Catalina quedo entonces “libre” de envoltorios y ataduras. Aquello que le molestaba se convirtió en alegría puesto que ya no debía trabajar mas en el circo. Una productora la había contratado para cantar y bailar, ese había sido su sueno desde chiquita.
Los proyectos que había sonado para ella por fin se hacían realidad.
Como Catalina era muy charlatana tardo cinco horas en contarle a los chicos todo lo nuevo y mágico que le ocurría en esta nueva etapa feliz de su vida.
Los niños le hicieron el aguante y con mucha dulzura le propusieron acompañarla en su primer gira artística
Con mucha inteligencia y dedicación idearon un carro con forma de payaso para que ella nunca se olvidara de ellos y del trabajo que le había permitido conocer tantos amigos.
Todos felices acompañaron a Catalina hacia el teatro y allí disfrutaron de un hermoso show.
Ese mismo ano le entregaron un premio Magazine en el monumento a la bandera.
Grupo de apoyo escolar Fray Luis Beltran.

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