viernes, 21 de diciembre de 2007

LA RANA ROMINA.


Era una vez, en un estanque vivían una familia de ranas y un sapo viejo. La ranita Romina que así se llamaba, era muy traviesa, ella sólo pensaba en jugar y no le importaba a quien molestaba como a toda jovencita. Su mamá todos los días regañaba a su pequeña Romina (la ranita) que saltaba y mojaba a quien se pusiera a su alcance. De pronto el viejo sapo Facu que era un poco más cascarrabias le dijo: ¿no podes jugar sin molestar a todos los que te rodean? Le recriminó: "me mojaste, saltaste sobre mí, ¿qué más vas a hacerme?". Por tus juegos no ves el peligro á tu alrededor. Pero Romina no le dio importancia. Un día ella saltaba de un lado a otro, sin ver que una víbora se acercaba y que iba derecho hacia ella. Cuando se dio cuenta, la víbora ya la tenía a su merced; pero ocurrió algo que nadie esperaba, el viejo sapo Facu, se cruzó al medio sin importarle nada, y la víbora se quedó tiesa, porque no era lo mismo una ranita que un sapo viejo. La víbora dio media vuelta y se fue. La rana le agradeció a el sapo Facu y la ranita Romina entendió que se debe respetar a los viejos. Y le dijo:
"nunca más voy a molestarte y cuidaré de ti como vos lo hiciste conmigo". El sapo Facu le dio las gracias y vivieron muy unidos, jóvenes y viejos respetándose ambos.
BLANCA YAVAGNILIO.

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