miércoles, 26 de marzo de 2008

SIN COCINERO (Cuento a partir de fragmentos)

Érase una vez un palacio del mundo de la fantasía, había perdido su cocinero. El rey le ordenó entonces a su intendente que procediera a la búsqueda de un nuevo chef, digno de cumplir las funciones de jefe de cocina del palacio.
A la alcaldía se presentaron muchas personas, dos monos con uniformes y títulos de cocineros del año 2005, el doctor Mocus (un gran científico) que no sabía cocinar mucho pero sí hacer grandes inventos, Pocho el que tiene un kiosco en la esquina también se presentó.
Pasaron los días. El rey se impacientó y convocó a su intendente.
-¿y bien? ¿Has encontrado el hombre que necesitamos?
-Señor, estoy bastante preocupado. Respondió el intendente. Y es que no he encontrado un cocinero, sino una vizcacha, que era la encargada de hacer las compras y cocinar.
Al principio, la cosa fue sencilla. La vizcacha cargaba su bolsa con esto y lo otro, y lo de más allá. Llegado el momento de pagar, siempre le faltaban unos centavitos.
-¡hay, qué inconveniente Don Tero! ¿Le pago otro día? Me he olvidado la billetera!
-¿Volver otro día? ¡Pero qué ocurrencia, Doña Vizcacha! Aquí lo que sobra es confianza en los clientes. Lleve todo y me lo paga mañana y, así, la vizcacha se salvaba. Volvía al palacio y con gran entusiasmo preparaba un banquete.
Sin embargo, el tero no se dio por vencido y se propuso esperarla día y noche hasta que saliera del palacio y en ese momento poder cobrar las deudas. Por desgracia, para el tero, la vizcacha nunca Salió.
Y allí e lo pasa, atento y vigilante haciendo guardia para que no se le escape la vizcacha.
Todos lo ven en el país encantado, con lo ojo enrojecidos por no dormir, pero siempre con su impecable pechera y el corbatín negro, ¡Todo un caballero!
MALVINA DIAZ

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